La enseñanza del pensamiento crítico es indispensable para cualquier programa educativo actual, competencia necesaria para un mundo cada vez más mediatizado y complejo.
Pensar de forma crítica impulsa la creatividad y mejora la forma de utilizar y gestionar el tiempo (Hader, 2005), el pensamiento crítico no sólo describe la capacidad de pensar de acuerdo con las reglas de la lógica y la probabilidad, sino también la capacidad de aplicar estas habilidades a los problemas de la vida real y la forma en cómo estos se presentan. El pensamiento crítico ofrece una comprensión profunda de uno mismo y de los demás, ofrece la oportunidad de ser objetivo, menos emocional y más abierto al apreciar los puntos de vista y las opiniones ajenas y además es la materia prima para alimentar la curiosidad natural de niños y adolescentes. Al pensar con antelación se gana la confianza necesaria para presentar nuevas perspectivas y nuevos puntos de vista sobre eventos y situaciones complejas.
El pensamiento es la base de todas las actividades o procesos cognitivos y es exclusivo del ser humano donde se implica la manipulación y el análisis de la información recibida del entorno. Dicha manipulación y análisis se producen mediante la abstracción, el razonamiento, la imaginación, la resolución de problemas, el juicio y la toma de decisiones
Pensar es la manipulación o transformación de alguna representación interna (Halpern. 2003, p.84). Cuando nos ponemos a pensar utilizamos nuestros conocimientos para así lograr algún objetivo. En este sentido la capacidad de pensar es un elemento básico en nuestra vida porque todos necesitamos alcanzar un objetivo; Descartes sostenía que pensar es razonar y que la razón es una cadena de ideas simples unidas mediante la aplicación de estrictas reglas de lógica (McGregor, 2007). Tanto el aprendizaje como el pensamiento son conceptos que se apoyan y completan mutuamente. Si se considera desde este punto de vista, aunque los conceptos de estilo de aprendizaje y de pensamiento crítico tienen calificaciones diferentes, se puede afirmar que pueden utilizarse en conjunto. Cuando se examina la literatura especializada se pueden observar investigaciones que manejan en conjunto los estilos de aprendizaje y los conceptos de pensamiento crítico (Guven & Kurum, 2004).
Pensamiento crítico
«El pensamiento crítico es pensar sobre tu pensamiento mientras estás pensando para mejorar tu pensamiento»
Richard W. Paul
Cuando uno busca el término «Pensamiento Crítico», aprende que tiene significados distintos, estos van desde las ciencias de la filosofía hasta las de la psicología; en general el “Pensamiento Crítico” no tiene un significado definido. El término «crítico», deriva de la palabra griega kritikos que significa juzgar, este surgió de la forma de análisis y argumentación socrática, lo que comprendía el pensamiento en ese momento (McGregor, 2007) y luego la palabra kritikos pasó al latín como «Criticus» que es el tipo de propagación al resto de las lenguas del mundo (Hançerlioglu, 1996). Según la Critical Thinking Cooperation (2006) el pensamiento crítico es una habilidad que va más allá de la memorización y el punto de vista único lo que lo convierte en un reto para las escuelas que buscan una verdadera transformación en sus propuestas educativas: donde los alumnos aprenden a pensar de forma crítica y se les anima a pensar por sí mismos, a cuestionar las hipótesis, a analizar y sintetizar los acontecimientos, a dar un paso más elaborando formulando nuevas hipótesis para contrastarlas con los hechos. El cuestionamiento es la piedra angular del pensamiento crítico que, a su vez, es la fuente de la formación del conocimiento y, como tal, debe enseñarse como marco de todo aprendizaje.
Es frecuente que en las escuelas encontremos alumnos condicionados bajo un enfoque de aprendizaje basado tan sólo en los libros de texto (Sharma y Elbow 2000). Esta tendencia es preocupante para quien busca una educación para los retos de hoy. El pensamiento crítico se produce cuando los alumnos analizan, evalúan, interpretan o sintetizan la información y aplican el pensamiento creativo para formar un argumento, resolver un problema o llegar a una conclusión habilidad de aprendizaje que también se reconoce como metacognición . El objetivo del pensamiento crítico es promover el pensamiento independiente, la autonomía personal y el juicio razonado en el pensamiento y la acción. Esto implica dos dimensiones relacionadas:
La capacidad de razonar bien y la disposición para hacerlo.
El pensamiento crítico implica tanto la lógica como la creatividad. Puede implicar el razonamiento inductivo y deductivo, el análisis y la resolución de problemas, así como enfoques creativos, innovadores y complejos para la resolución de problemas y desafíos.
La educación, quizá la necesidad más básica de las personas, es el proceso que proporciona el desarrollo del ser humano. Según Meyer (1976), el objetivo de la educación es nutrir al individuo, ayudarle a realizar todo el potencial que ya existe en su interior. Siempre ha habido una corriente de pensamiento educativo que sostiene que el fortalecimiento del pensamiento del niño debe ser la principal actividad de las escuelas y no sólo un resultado incidental, si es que ocurría (Lipman, 2003). La verdadera educación debe mostrar el camino a los alumnos sobre qué y cómo aprender. Mientras los estudiantes evalúan lo que han aprendido y sus métodos de aprendizaje, manifiestan su capacidad de pensamiento crítico (Emir, 2009).
Como indica Cotton (1991) «Si los estudiantes van a funcionar con éxito en una sociedad altamente tecnificada, deben estar equipados con las habilidades de aprendizaje y pensamiento necesarias para adquirir y procesar información en un mundo en constante cambio». Lo que hace del pensamiento crítico una necesidad en la actualidad.
El desarrollo de las habilidades de pensamiento en los estudiantes así como el de las habilidades motrices es el objetivo básico de los enfoques contemporáneos en la educación. Según Elder y Paul (2008), los estudiantes no son pasivos sino activos mientras realizan el pensamiento crítico.
Pensamiento crítico y educación
Uno de los objetivos significativos de la educación es formar alumnos bien informados, es decir, que comprendan ideas importantes, útiles, bellas y poderosas. Otro es crear alumnos que tengan el apetito de pensar analítica y críticamente, de utilizar lo que saben para mejorar sus propias vidas y también para contribuir a su sociedad, cultura y civilización.
Estos dos objetivos de la educación como vehículo para promover el pensamiento crítico se basan en ciertos supuestos.
Al ser los cerebros biológicos un plan de estudios escolar se puede considerar como un dispositivo que altera la mente. Esta forma de verlo plantea un requisito moral: el de tratar a los alumnos como centros independientes de conciencia con la capacidad fundamental de determinar los contornos de sus propias mentes y vidas.
En la actualidad la educación debe preparar a los alumnos para la autodirección y no para roles preconcebidos. Por lo tanto, es esencial que los alumnos estén preparados para pensar su camino a través del laberinto de desafíos que la vida les presentará de forma independiente.
Los sistemas educativos suelen inducir al neófito en las formas de representación y los ámbitos de significado que los humanos han creado hasta ahora. El análisis cuidadoso, el pensamiento claro y la deliberación razonada son fundamentales para una vida equitativa y plena. A partir de estas consideraciones, la capacidad de evaluación y análisis crítico surge como fundamental para disfrutar de una buena calidad de vida
La enseñanza del pensamiento crítico
La capacidad efectiva del pensamiento crítico debe ser una prioridad en la enseñanza formal, eso es algo en el que la mayoría puede estar de acuerdo pero ¿cómo se puede enseñar a pensar críticamente a los alumnos? Hay varias formas de organizar la enseñanza del pensamiento crítico: Podemos impartir un curso o unidad aparte, podemos infundir el pensamiento crítico de forma transversal en todo lo que enseñamos, o podemos utilizar un enfoque mixto. El primer enfoque de un curso o unidad separada requiere materiales que enseñen específicamente las disposiciones, habilidades y conocimientos del pensamiento crítico. El inconveniente es que puede haber poca transferencia de lo que el programa o los materiales enseñan al resto del plan de estudios. La infusión, el segundo enfoque posible, requiere que el pensamiento crítico se enseñe como parte integral de todas las materias (Wright, 2002) y la propuesta integral que Isauro Blanco trata en su libro «Escuelas Comprometidas». Según Hirose (1992), los empresarios se quejan de la falta de capacidad de razonamiento y pensamiento crítico de los empleados. Estas habilidades son esenciales porque, en comparación con los trabajos del pasado, el entorno laboral moderno requiere más habilidades de pensamiento y de resolución de problemas. Esta situación también se puede adaptar a la educación por lo que es mejor que los profesores estén dotados de una gran capacidad de pensamiento crítico. El pensamiento crítico no es igual a la inteligencia y no debe confundirse con ella. El pensamiento crítico es una habilidad que puede desarrollarse (Walsh y Paul, 1988). Así como el pensamiento crítico puede ser desarrollado, puede ser buscado, analizado y evaluado en sus diferentes dimensiones, y muestra de ello es que muchos científicos o expertos hipotetizan sobre el pensamiento crítico, porque la vitalidad que ofrece la enseñanza del pensamiento crítico ha sido realizada por muchas personas en los últimos años y los educadores ya son conscientes del hecho de que el pensamiento crítico puede aprenderse.
Estudios realizados sobre el «Pensamiento Crítico»
Los primeros estudios realizados sobre el pensamiento crítico comenzaron en los años 60. Los investigadores han intentado explicar el pensamiento crítico con dos disciplinas principales a través de estos estudios. El enfoque filosófico se ha centrado en las normas del buen pensamiento, el concepto y el motivo del pensamiento humano y las habilidades cognitivas necesarias para una visión objetiva del mundo; mientras que el enfoque psicológico se ha centrado en el pensamiento y los estudios experimentales del pensamiento, las diferencias individuales en el aprendizaje del pensamiento y el concepto de resolución de problemas, que es una parte del pensamiento crítico. A continuación, enunciamos algunos ejemplos sobre los estudios del pensamiento crítico:
Kurum (2002) presentó un estudio en la Facultad de Educación de la Universidad de Anatolia en Turquía. El objetivo del estudio de Kurum era identificar las capacidades de pensamiento crítico y los niveles de las capacidades de pensamiento que constituyen esta capacidad, así como los factores que influyen en el pensamiento crítico de los estudiantes de magisterio de la Facultad de Educación de la Universidad de Anatolia. Los resultados del estudio mostraron que las habilidades de pensamiento crítico de los aprendices de profesor y todos los niveles de las habilidades de pensamiento se encontraban en un nivel medio y que estas habilidades se veían afectadas por diferentes factores como la edad, los tipos de escuela secundaria graduados, el tipo y el nivel de puntuación en el examen de acceso a la universidad, el programa que se estudia, el nivel de educación e ingresos de la familia y las actividades realizadas para desarrollarse.
Paul, R (1989) realizó un estudio sobre la adaptación de las disposiciones de pensamiento crítico en el entorno de aprendizaje. En este estudio Paul sugiere que las disposiciones de pensamiento disciplinado y autodirigido podrían ser enseñadas. Sostuvo que el pensamiento crítico se construía a partir de habilidades, como detectar conclusiones, examinar premisas, formar conclusiones y diagnosticar falacias. Por lo tanto, propuso que el pensamiento crítico se construyera como «un pensamiento disciplinado y autodirigido que ejemplifica la perfección del pensamiento apropiado para un modo o dominio de pensamiento particular». El pensamiento crítico así conceptualizado debe enseñarse centrándose en el desarrollo de pensadores críticos y ecuánimes, dispuestos a tener en cuenta los intereses de diversas personas o grupos, independientemente de sus propios intereses. Paul lo denominó modelo de pensamiento dialógico o dialéctico.
Giancarlo, Blohm y Urdan (2004) se interesaron por la medición de la disposición al pensamiento crítico en los adolescentes, tal y como ilustraron con cuatro estudios sucesivos. Los resultados de sus estudios proporcionan apoyo a la Medida de Motivación Mental de California (abreviada como CM3). Este estudio se basó en el supuesto de que el pensamiento crítico es una disposición y proporcionó no sólo pruebas de que la disposición al pensamiento crítico existe en los adolescentes, sino también una herramienta valiosa para evaluar este constructo. Los autores concluyeron que «el CM3 evalúa el grado en que los individuos se perciben a sí mismos como dispuestos e inclinados a abordar los problemas desafiantes de forma sistemática, innovadora, de mente abierta e inquisitiva».
Conclusión
A partir de la discusión anterior, el pensamiento crítico es sin duda necesario en todos los ámbitos de la vida, pero especialmente para las profesiones que se ocupan de las personas. Finkelman (2001) llamó la atención y enfatizó la importancia de que las personas que trabajan en el campo de la salud humana, especialmente las personas que intervienen directamente en la vida de la persona como los psicólogos, consejeros y pedagogos tienen que ser pensadores críticos tanto en la práctica como en la gestión. Para que los profesores y consejeros puedan implementar el pensamiento crítico en sus aulas, primero deben estar comprometidos con el pensamiento crítico y su filosofía.
—¿Conoces ASC? Es un sistema educativo basado en la neuropsicología aplicada a la educación y que se adapta al programa educativo de preescolar, primaria y secundaria de escuelas particulares, la metodología de aprendizaje proporciona herramientas pedagógicas y además ofrece un acompañamiento personalizado, directo y didáctico a profesores y directivos. Conócenos en www.asc.education o comunícate con nosotros a través de:
Referencias
1. American Philosophical Association (1990).Critical thinking: Una declaración de consenso de expertos para propósitos de evaluación e instrucción educativa» The Delphi Report ‘Committee on pre-college philosophy.(ERIC Doc. No.ED 315 423).
2. Bowell, T. y Kemp, K. (2002). Critical Thinking: A Concise Guide. Rutledge Press.
3. Emir, S. (2009). Education Faculty Students’ Critical Thinking Disposition According to Achedemic Achievement. Conferencia Mundial de Ciencias de la Educación, 1.
4. Giancarlo, C. A., Blohm, S. W., &Urdan, T. (2004). Assessing secondary students’ disposition toward critical thinking: Development of the California measure of mental motivation. Educational and Psychological Measurement.
5. Guven, M., &Kurum, D. (2004). The relationship between teacher candidates’ Learning Styles and Critical Thinking Dispositions. An investigation on the Students in Faculty of Education in Anadolu University, 1.
6. Halpern, D.F. (1996). Thought and Knowledge: An introduction to Critical Thinking. New Jersey: Lawrence Erlbaum.
7. Hirose, S. (1992).Critical thinking in Community Collages. ERIC Digest Retrieved August, 30, 2006 from http://www.ericdigest.org/19922/critical.htm
8. McGregor Debra (2007). Developing Thinking, Developing Learning. Open University Press, 9
9. Paul, R. (1989). Regarding a definition of critical thinking. Paper presented at the International Conference on Critical Thinking and Educational Reform’s 25th conference, Rohert Park, CA, United States of America
10. Paul, R. & Elder, L. (2008) Critical thinking: tools for taking charge of your learning and your life. Pearson/Prentice Hall.