Perfil del aula actual

El diseño de los ambientes humanos responde a las diferentes concepciones que se tienen de la función que se desarrolla en ellos. La escuela centrada en la enseñanza generó espacios donde la cátedra y la pizarra eran el centro y el foco de atención, y los alumnos estaban en actitud de escucha y recepción.

En la nueva economía del conocimiento el ambiente escolar tiene una orientación más centrada en el aprendizaje que en la enseñanza. Por esta razón, el foco de la estructura es el alumno, no el profesor; desaparece la cátedra y el trabajo lineal. Esta consideración nos lleva a las siguientes aplicaciones:

Organización del aula

1. El aula debe tener un mobiliario versátil para trabajar indistintamente en forma individual, en pequeños grupos (no más de cuatro o cinco alumnos), grupo mediano y todo el grupo.

Es conveniente que el espacio favorezca el intercambio de opiniones, los debates y el trabajo con recursos electrónicos. Por lo mismo, los alumnos pueden trabajar en alfombras con cojines en el piso, espacios tipo sala, y no solo en pupitres.

2. La distribución del espacio físico debe permitir que el maestro verifique el trabajo que se realiza en cada grupo y que las actividades no se estorben por el nivel de ruido. La autodisciplina llega a ser una necesidad en el aula actual, pues existen diferentes recursos, acciones y participaciones. La gestión del aula masiva, donde el profesor habla y los alumnos escuchan todo el tiempo, no es el patrón de trabajo en el aula actual.

3. En las actividades de aula debe existir un tiempo de trabajo individual, pues el aprendizaje es el resultado de una asimilación personal del conocimiento. En este proceso el profesor exige silencio completo para lograr la reflexión y el ambiente necesarios para un trabajo intelectual de calidad. La dispersión y el ruido no son sinónimos de actividad productiva, sino todo lo contrario.

4. En el tiempo de trabajo individual, la función del profesor es de revisión, cuestionamiento, exigencia de calidad, reforzamiento positivo. Estos momentos tienen una gran relevancia

en la evaluación del aprendizaje, en la formación de actitudes positivas y en la asimilación de las esencias de los contenidos académicos. El maestro aprovecha este tiempo para sugerir acciones, metodologías, para la eficaz palabra al oído que alienta, felicita o exige conductas adecuadas. Esta fase del proceso de aprendizaje es también útil para proporcionar los apoyos diferenciados: los alumnos de alto rendimiento pueden recibir

retos adecuados a su nivel; los alumnos con necesidad de apoyo pueden ser atendidos con repasos o aclaraciones individuales.

5. El trabajo en grupo debe ser organizado con anterioridad:

a. Decidir los componentes de cada grupo: El número adecuado de los grupos pequeños es de cuatro a cinco alumnos, como hemos mencionado anteriormente. Esta condición favorece la participación continua de sus miembros y la eficacia en el uso del tiempo. Conviene que la estructura interna del grupo sea heterogénea: uno de los alumnos tiene claridad sobre los conceptos involucrados en la actividad y puede servir de referencia a los demás compañeros.

Alguno puede tener dificultad en la comprensión del tema a tratar; los otros dos pueden tener niveles intermedios de dominio del contenido académico que se estudia. Esta heterogeneidad en las características cognitivas de los alumnos propician la transferencia positiva y forman la estructura para un aprendizaje cooperativo. Por otra parte, los integrantes pueden cambiar de grupo según la actividad y las habilidades requeridas para un aprendizaje específico.

b. Seleccionar los temas a tratar y las actividades que lograrán el aprendizaje efectivo del contenido académico.

i. Es conveniente diversificar la jerarquía de los contenidos académicos para organizar tiempos y prioridades.

• En la categoría superior están los contenidos del programa que son esenciales, fundamentales o que condicionan aprendizajes posteriores. A estas actividades las podemos calificar con tres asteriscos (***).

• En segundo lugar están los contenidos que son convenientes para el aprendizaje; refuerzan el dominio de las esencias académicas y se simbolizan con dos asteriscos (**).

• En el tercer nivel están los contenidos del programa que son útiles para aprender; obviamente, todo aprendizaje es valioso; a este tercer grupo lo identificamos con un asterisco (*). Sin embargo, los calendarios escolares están saturados y el tiempo es escaso, por lo que resulta indispensable establecer jerarquías y prioridades. No todos los contenidos son igualmente trascendentes: por ejemplo, en matemáticas, el aprendizaje de la suma tiene una prioridad superior y el estudio de los números romanos, una jerarquía inferior. Si un niño no aprende a sumar, tendrá serios problemas en matemáticas; si no domina los números romanos, el impacto de esta ignorancia es considerablemente menor.

ii. Las actividades, ejercicios y la evaluación se centrarán proporcionalmente en los aprendizajes fundamentales y convenientes, pues de ellos depende el dominio cognitivo de un contenido académico esencial. El profesor diagnostica el número de ejercicios necesarios, la frecuencia de trabajo y la repercusión en el proceso evaluativo.

6. Establecer tiempos de trabajo individual y grupal:

a. El tiempo es una variable de consideración obligada en el trabajo académico. La eficacia de todo lo que hacemos tiene como variable indispensable el tiempo invertido en el logro de un resultado. Es conveniente que, desde temprana edad, los alumnos aprendan a organizar las actividades con esta cualidad, que se convierte en uno de los parámetros de la evaluación.

b. Enfatizar la calidad de la ejecución sobre la rapidez de la ejecución. La impulsividad es una deficiencia generalizada en los alumnos actuales, por lo que resulta indispensable generar más reflexión, planeación y estrategia antes de actuar, así como la revisión continua del trabajo elaborado para corregir posibles desviaciones o errores conceptuales, así como faltas de ortografía y sintaxis, presentación y cuidado  de los detalles.

c. Los tiempos propuestos deben estar fijados antes de iniciar una actividad. Es posible que el cálculo falle, pero es conveniente continuar con esta práctica a fin de lograr un presupuesto temporal acorde con el reto que representa la actividad. Si un alumno termina antes de tiempo y la calidad es idónea, se considera como un plus en su evaluación.

7. Enseñar la organización personal ante las actividades y las estrategias para la gestión de la información:

a. El trabajo sobre un contenido académico debe ser un pretexto para el aprendizaje de la organización personal y los procedimientos o estrategias para gestionar eficazmente la información. No existe una dicotomía entre contenido y proceso, pues ambos se necesitan mutuamente para operar; ciertamente, en el paradigma de aprendizaje actual se enfatiza más la metacognición por su impacto en el aprendizaje a largo plazo y en la significación del contenido.

b. El primer paso de organización frente al trabajo de los niños, es dejar sobre la mesa únicamente el material necesario para el trabajo y quitar los elementos que no se utilizarán (estuches, lápices de colores, etc.), pues estos generan distracciones y malas posturas para escribir o leer.

c. La estrategia inicial de trabajo se centra en la comprensión completa de las instrucciones. La frecuente impulsividad de los alumnos causa muchos problemas porque no leen toda la información o no la comprenden a plenitud. Sin esta habilidad fundamental, toda ejecución está en riesgo de error continuo, que se convierte en hábito de trabajo.

Para lograr este objetivo:

i. Es necesario solicitar que los alumnos lean completamente la instrucción. Posteriormente, hacer una paráfrasis y clarifiquen entre ambos los detalles. Otra forma de asegurar la comprensión es pedir que escriban la instrucción como etapas numeradas a seguir.

ii. El segundo paso es que los alumnos realicen solamente el primer ejercicio. Este proceso es fundamental para que cada alumno compruebe el grado de comprensión concreto de la instrucción. Al volcar el primer paso en una aplicación concreta, la mente tiene un reto que permite verificar el entendimiento completo de una instrucción.

iii. Si los alumnos han resuelto adecuadamente el primer ejercicio, puede ahora permitir que realicen el resto de ejercicios. De otro modo será necesario que elaboren uno más y contrasten la adecuada aplicación de la instrucción en ese ejercicio.

Estos tres pasos garantizan el éxito en el trabajo de los alumnos. De otra forma el maestro los expone al fracaso, con la consecuente desconexión emocional del aprendizaje.

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Fuente: Blanco, Isauro. Escuelas Comprometidas: El aprendizaje según el diseño humano