“Yo no puedo enseñarte nada. Solamente puedo ayudarte a buscar el conocimiento dentro de ti mismo, lo cual es mucho mejor que traspasar mi poca sabiduría”. Sócrates
Este planteamiento de Sócrates nos acerca a la esencia de una disciplina que comenzó a mitad del siglo XX con la supervisión de profesores en Harvard en el programa de Arts in Teaching y que continuó en 1980 con Beverly Showers y Bruce Joyce quienes propusieron un estilo para mejorar las estrategias de enseñanza y como una forma de transferencia de la formación teórica de los profesores. Estamos hablando del coaching que, desde esa época, ha quedado patente que favorece en los profesores la mayor eficacia en la aplicación de nuevas estrategias de aprendizaje y además mantenían durante mayor tiempo los conceptos claros acerca de objetivos y fundamentos de las intervenciones educativas.
El Dr. Isauro Blanco propone una metodología denominada Coaching Escolar Estratégico, centrada en formar a profesores y directores escolares sobre un tándem compuesto por un ideario antropológico, filosófico y pedagógico –por un lado- y por otro, la práctica docente y una serie de aplicaciones que permiten una metodología coherente y consistente, fruto de extensas investigaciones y prácticas realizadas en aulas con profesores de preescolar a universidad desde finales de la década de 1970 . Las experiencias acumuladas en varios países permiten una visión global y más amplia.
Para enfrentar situaciones nuevas o complejas, la estrategia prima sobre el programa, el cual establece una secuencia de acciones a ser ejecutadas sin variación en un ambiente estable; en cuanto las condiciones exteriores se modifican, el programa se bloquea. La estrategia elabora un escenario de acción basado en la consideración de certezas e incertidumbre, probabilidades y riesgos.
En la educación existe una búsqueda de horizontes educativos que fomenta la investigación y la creatividad en todas las áreas de la vida escolar. Ahora más que nunca existe una abundancia de propuestas que es imposible digerir y menos condensar para su correcta aplicación. Muchas instituciones con gran ambición educativa abren sus puertas a la innovación sin criterio, basándose en el principio de que “lo último es lo mejor”. Tanto el exceso de opciones como la falta de opciones suelen llegar al mismo destino: confusión, estancamiento, inoperancia, cansancio…. Es fundamental que las escuelas tengan una columna vertebral que permita aceptar ideas, metodologías o materiales que sean coherentes con su carisma o ideario pedagógico. Si no lo hacen, viajan de la rigidez al caos.
Son las personas las que hacen la diferencia
Otro error en las escuelas es considerar que una metodología, un libro o una idea es suficiente para producir la excelencia educativa. Primero es necesario estructurar un programa o un modelo educativo eficiente, pero es sólo el principio. Son las personas las que hacen la diferencia. Por esta razón, este enfoque de coaching estratégico considera dos polos de desarrollo: el modelo y el maestro. El director o coordinador escolar se convierte en el facilitador y garante de que los dos elementos del tándem se armonicen con éxito. El coaching escolar es la herramienta para integrar todos los factores.
Enseñar significa sobre todo enseñar a vivir, en palabras de Jean-Jacques Rousseau. Y vivir es enfrentar constantemente la incertidumbre por los imprevistos, crisis personales o sociales, eventos que se nos escapan de nuestro control y todo lo que implica la vida. Enseñar, por tanto, es un proceso para aprender a vivir fuera de la zona de confort. Los profesores son, antes que nada, maestros de vida porque orientan a sus alumnos a llegar a un destino de horizonte ilimitado: una misión que transciende programas académicos y exigencias escolares.
El compromiso con esta misión es más que simplemente involucrarse en educación, pues implica compartir la vida y no sólo transmitir ideas o provocar acciones o buenas intenciones. El compromiso lleva al espíritu de la escuela a salir de la zona cómoda -lo que ya sabe y ha hecho con éxito- para explorar, en la incertidumbre de la innovación, las respuestas a situaciones nuevas e inesperadas. Inspirándonos en Edgar Morin consideramos que, más que una reforma, la educación requiere una metamorfosis siendo éste el proceso propio de los pioneros que indagan nuevos horizontes, buscan tesoros inexplorados y nuevos continentes.
En la transformación de las escuelas uno de los pilares es el maestro
En la transformación de las escuelas uno de los pilares es el maestro, agente de la metamorfosis general, pionero de los nuevos territorios para las generaciones del futuro. El compromiso de los profesores y su calidad personal y profesional será el indicador del desarrollo de un país. Los maestros hacen la diferencia y son el factor clave de la metamorfosis.
Esta entrada se publicó originalmente en Proyecto Koan.