La Neuroeducación es para ser, no para hacer.

La importancia de la Educación emocional.

Si hubo algo que me quedó claro tras mi paso por el posgrado de Neuroeducación en la UB, fue el hecho de que podíamos empeñarnos en trabajar por proyectos, hacer propuestas de Gamificación, Visual Thinking o inspirarnos en el modelo Flipped. Todo ello poco serviría, si no se acompañaba de un cambio en nuestro ser, en nuestro modo de ver las cosas, en nuestras formas y modos de tratar al alumnado. Como docente necesitaba un cambio radical en mi ser, para poder conseguir esa transformación en mi alumnado… En definitiva, la Neuroeducación y su énfasis en acercar la ciencia al aula, confirma y demuestra, que son esenciales las emociones, los comportamientos, nuestras formas de pensar y ver la vida, tanto en nuestros procesos de aprendizaje formales, como en los informales y no formales.

Los estudios sobre como pueden afectar nuestras emociones, creencias y valores a nuestro aprendizaje, e incluso a nuestro propio cerebro son numerosos. Por ejemplo, nos podríamos remitir a los estudios de Richard J. Davidson sobre meditación, sin embargo nos vamos a centrar en el estudio Visible Learning de Hattie, cuya última revisión ha salido este año en su web. En este estudio se han analizado mas de 1200 metanálisis, que se basan en datos de mas de 250.000.000 de estudiantes.

Como podemos comprobar dos de los factores de mas impacto son: las creencias que el docente tiene sobre el desempeño del alumnado, y la propia imagen de autoeficacia que el alumno/a tiene sobre si mismo. Es decir, aspectos muchos mas relacionados con nuestra percepción, nuestras creencias, con nuestra forma de ser.

De hecho en los últimos años se está investigando como influyen las capacidades no cognitivas en el aprendizaje. Estas capacidades se han agrupado bajo el concepto MESH (Mindsets, Essetial Skills and Habits). Bajo estas premisas se han estudiado que capacidades no cognitivas debemos desarrollar en nuestro alumnado y se han establecido los siguientes principios:

1- Las capacidades no cognitivas predicen la obtención del título en el Instituto y en la Universidad.

2- El alumnado con un gran desarrollo de capacidades no cognitivas tiene un mejor desempeño en el Instituto y en la Universidad.

3- El fomento y desarrollo de capacidades no cognitivas en la etapa preescolar tiene un efecto inmediato.

Por ejemplo, en un estudio de Robert Balfanz et al., se analizaron a 13.000 estudiantes, y se demostró que existían cinco predictores tempranos del abandono escolar, de ellos dos estaban relacionados con el desempeño, mientras que los otros tres, estaban basados en comportamientos relacionados con la habilidad de autocontrol del alumno.

Al igual que los estudios de Duckworth y Selingman, que demostraron que la autodisciplina, era un indicador mas preciso y fiable del éxito educativo en Secundaria, que el índice CI. Esto se vio refrendado por el metanálisis de Durlak, en el que demostró que los programas que promueven las competencias socioemocionales, mejoran el desempeño académico del alumnado.

El estudio mas sorprendente es el famoso Perry Preschool Study de 1962. Este estudio se realizó con alumnado de preescolar con bajo nivel socioeconómico, de modo que se asignaron de forma aleatoria alumnos/as a un grupo de Alto desempeño o a un grupo ordinario. En un principio los resultados parecían desmentir que el programa hubiera tenido éxito. Sin embargo, años después se analizaron a estos chavales y se comprobó, que los estudiantes asignados a este programa no solo habían había mejorado su nivel educativo o el coeficiente intelectual, sino que además habían obtenido mejores niveles de vida y habían tenido menos problemas judiciales. Lo curioso es, que después se analizaron los informes de sus docentes, y se descubrió que la mejora de estos indicadores, se explicaba en gran medida por la mejora de sus capacidades no cognitivas.

El último estudio es el de Carol Dweck y la Mentalidad de Crecimiento. Esta mentalidad se define como la opinión o el conjunto de creencias que uno asume para si mismo, y que afecta profundamente a como un individuo dirige su vida. De modo que tener una mentalidad de crecimiento determina, si te conviertes en la persona que quieres ser, y si logras conseguir tus sueños.

Las personas con mentalidad de crecimiento piensan que el éxito consiste en aprender de los errores, no temen ser desafiados, por el contrario aman los retos. De hecho, en un experimento que se realizó en un laboratorio de análisis de ondas cerebrales de la Universidad de Columbia, descubrieron que durante el desarrollo de un cuestionario de preguntas en el que recibían feedback, las personas con mentalidad de crecimiento prestaban mucha más atención al feedback que obtenían, que a los resultados correctos o incorrectos de su respuesta. Estaban realmente interesados por su aprendizaje.

Tanto es así que se ha demostrado que se puede modificar la mentalidad fija: demostrando como el cerebro es plástico, que podemos mejorar nuestras capacidades, que no está todo decidido por la genética y que nosotros mismos podemos cambiar nuestro futuro y nuestro cerebro.

Tal es el caso del estudio que la propia Carol Dweck realizó en 2007, con un grupo de estudiantes de bajo nivel socioeconómico. En este estudio se asignaron aleatoriamente alumnado a un programa donde se les enseñaba como el cerebro era plástico, como podían mejorar sus capacidades, o a un grupo de control donde se trabajaba otros aspectos. El resultado es que el grupo del programa mejoró su desempeño en Matemáticas.

¿Cómo podemos trasladar esto al aula?.

Según lo analizado se pueden realizar tres acciones, que se ha demostrado que promueven las capacidades no cognitivas, y que promueven una mejora del desempeño del alumnado.

Enseñar al alumnado que la inteligencia se puede desarrollar.

Existen multitud de programas para promover la mentalidad de crecimiento. Entre ellos podemos nombrar el MindUP , que ha demostrado su eficiencia y que parte de las premisas de la mentalidad de crecimiento, así como de la practica de la meditación y el mindfulness en el aula. Incluso el propio equipo de Carol Dweck ha creado un programa denominado Brainology.

Ayudar al alumnado a que entienda como el curriculum es relevante en sus vidas.

En este aspecto existen casos de éxito educativo como las escuelas High Tech High, que entienden las escuelas como laboratorios y talleres donde se ponen en práctica el curriculum. O el enorme éxito que tienen las escuelas que siguen la filosofía Montessori, en las que se estimula la independencia y la autonomía del alumnado desde la infancia. Otros modelos de escuela interesantes serían la Escuela de Barbiana de Lorenzo Milani.

En España existen muchos centros que están apostando por esa conexión. La Biznaga, las escuelas Sadako, o mi admirado Les Vinyes, por citar algunos.

En el ámbito de las metodologías activas, que promueven esa relevancia del curriculum podemos destacar el Aprendizaje-Servicio, por el que se fomenta la conexión de la escuela con la vida real, y que estimula la inmersión en la realidad mediante la prestación de ayuda o servicio a la comunidad en la que se inscribe el colegio.

Ayudar al alumnado a que sienta la Escuela como algo suyo, y que se les valore en su centro.

Los ambientes educativos que promueven la pertenencia y la inclusión, tienen en común entender el poder de los grupos pequeños como vehículo para el crecimiento individual. Y es que somos una especie social, que prefiere aprender y trabajar en equipo.

Así que podemos fomentar estrategias de enseñanza-aprendizaje como el Aprendizaje Cooperativo, en el que destaca el uso del Rompecabezas de Aronson como una técnica especialmente efectiva. O el Peer Instruction de Eric Mazur y el Interactive Engagement, en las que se intercalan lecturas con preguntas conceptuales en las que se obliga al alumnado a reflexionar con los compañeros, y que aportan un feedback inmediato.

Existen modos de profundizar aún mas en la pertenencia. En España se están desarrollando las Comunidades de Aprendizaje y la promoción de grupos interactivos, que integran a diferentes miembros de la comunidad educativa en el día a día de la escuela. Un caso digno de mención es la Comunidad de Aprendizaje La Paz de Albacete.

Ayudar al alumnado a fijarse metas, identificar objetivos y aprender estrategias de autocontrol.

Existen programas excelentes que fomentan la conciencia, la regulación, y la gestión emocional, y no hace falta que nos vayamos muy lejos.

En primer lugar recomendaría el Antiprograma de Educación Emocional de Antonio Sánchez Roman y Laura Sánchez Calleja. Un excelente compendio de prácticas para que el alumnado aprenda estrategias para reconocer e identificar emociones, mejorar su autocontrol…

Otros programas excelentes serían el TREVA creado por Luis López, con el que colaboran excelentes profesionales como Rafael Bisquerra o mi compañera de posgrado Irene Pellicer.

El programa Aulas Felices, que se inspira en la Psicología positiva, y que tiene unos materiales de libre acceso, que recomiendo encarecidamente.

Por último, no puedo dejar de nombrar los materiales creados por la Fundación GIZAGUNE y que son de libre acceso en la web de la Diputación Foral de Guipúzcoa.

Para ningún docente es fácil cambiar su mentalidad. Tenemos muy dentro que nuestro valioso tiempo se debe dedicar a la transmisión de contenidos, por lo que asimilamos que perdemos el tiempo trabajando emociones y sentimientos, la competencia de aprender a aprender, o los valores que subyacen a la competencia social y ciudadana. Es comprensible que muchos docentes no se sientan cómodos en este terreno, lo que genera inseguridad y miedo, ambos enemigos acérrimos de cualquier cambio en la Educación. Pero no podemos obviar que el ser y las emociones, deberían de formar parte esencial de nuestro trabajo en el aula.

Con este post no pretendo que la Educación se dedique exclusivamente al trabajo y desarrollo de las capacidades no cognitivas, o al fomento de las competencias socioemocionales. Sería absurdo.

Mi intención es mas simple y menos pretenciosa: Que aquellos que no crean, al menos duden.

Autor: Jose Luis Redondo

Bibliografía

  • Ricard, Matthieu, Lutz, Antoine y Davidson, Richard. En el cerebro del meditador. (2015). Investigación y ciencia.
  • Durlak, Weissberg, Dymnicki, Taylor, and Schellinger. (2011) The Impact of Enhancing Students’ Social and Emotional Learning: A Meta-Analysis of School-Based Universal Interventions .Child Development. January/February 2011, Volume 82, Number 1, Pages 405–432
  • Blackwell, Trzesniewski and Dweck. Implicit Theories of Intelligence Predict Achievement Across an Adolescent Transition: A Longitudinal Study and an Intervention. (2007) Child Development, January/February, Volume 78, Number 1. Pages 246 – 263.
  • Dweck, Carol. Mindset. The new psychology of success. (2016). Ballantine Books.
  • Dweck, Walton and Cohen. Academic Tenacity. https://ed.stanford.edu/sites/default/files/manual/dweck-walton-cohen-2014.pdf
  • Measuring MESH. Transforming Education. https://www.transformingeducation.org/measuring-mesh/
  • Ready to be counted. The research case for Education Policy Action of non-cognitive skills. https://www.casel.org/wp-content/uploads/2016/06/ReadytoBeCounted_Release.pdf
  • Duckworth A. L., & Seligman, M. E. P. (2005). Self-discipline outdoes IQ in predicting academic performance of adolescents. Psychological Science 16(12), 939–944.
  • Balfanz, R., Herzog, L., & Mac Iver, D. J. (2007). Preventing student disengagement and keeping students on graduation path in urban middle-grades schools: Early identification and effective interventions. Educational Psychologist 42(2), 223–235.
  • Hattie, John. Visible Learning: A Synthesis of Over 800 Meta-Analyses Relating to Achievement. (2009). Routledge.