Qué, cuándo y cómo disciplinar : Equilibrio entre la permisividad y el rigor.

La educación camina en una delgada línea que está entre el exceso y la deficiencia; para los padres es indispensable una sabiduría  que les permita elegir las dosis y las oportunidades adecuadas a cada hijo y a cada situación.

La naturaleza nos enseña este principio fundamental en el origen de la vida para un ser humano: la placenta se convierte en una protección necesaria para un incipiente ser humano, pero debe quitarse a tiempo, antes de que se convierta en peligro para su desarrollo. Tanto si somos prematuros, como si posponemos la intervención, el riesgo para la vida es el mismo.

La disciplina está entre los extremos de la permisividad y el rigor y son dos ingredientes de una personalidad sana y productiva (felicidad y éxito, son los apellidos de este balance).

 

PRINCIPIOS GENERALES.

* La madurez no se da espontáneamente, sino que es el resultado de estimulación y de experiencias mediadas. La edad tampoco es una causa directa o única del nivel de madurez, sino las habilidades y la motivación.

 

* Las habilidades se desarrollan con metodologías; la motivación depende, en las primeras etapas, de una disciplina firme, sistemática y afectuosa.

 

* Los padres efectivos son aquellos que pueden cambiar su conducta dependiendo de la situación y del hijo (flexibilidad).

 

* La conducta directiva: utiliza la comunicación de una sola vía; ordena al hijo lo que debe hacer, cuándo, dónde, y cómo hacerlo.

 

* La conducta permisiva: utiliza dos vías en la comunicación; proporciona ayuda, ánimo y caricias positivas; se promueve la información y se propicia la metodología para realizar las conductas adecuadas.

 

* Todos los estilos del liderazgo situacional son adecuados en un momento determinado; para educar efectivamente es necesario llegar a la etapa delegacional en forma gradual. Es conveniente asentar las características de cada etapa antes de saltar a la siguiente y regresar cada vez que las conductas nos indican retroceso en los procesos de madurez.  Por ejemplo, en la adolescencia suele aparecer un retroceso y, por lo tanto, los padres necesitan adaptar su intervención.

                ESTILOS SITUACIONALES

 

2

 

Nivel alto de dirección.

Nivel alto de permisividad.

Segundo nivel de madurez: sí tiene

motivación, no tiene habilidades.

 

DIDÁCTICO 

 

Nivel bajo de permisividad.

Nivel medio de dirección.

Tercer nivel de madurez: no tiene motivación, sí tiene habilidades.

                     ESTRUCTURADOR

1

DIRECTIVO                                      

 

Nivel alto de dirección.

Nivel bajo de permisividad.

Primer nivel de madurez: no

habilidades ni motivación.

                                  4                           

DELEGACIONAL

 

Permisividad. innecesaria.

Dirección innecesaria.

Cuarto nivel de madurez: tiene

habilidades y motivación intrínseca.

 

 Estilo directivo: el exceso de estilo directivo ocasiona dos riesgos: a) pasividad y dependencia; b) abandono del hogar a la primera oportunidad por rebeldía. Sin embargo es un estilo adecuado para las intervenciones disciplinarias, para el establecimiento de normas y para situaciones donde se carece de tiempo para intervenir.

 

Estilo didáctico: el exceso ocasiona dependencia psicológica, indecisión. Los padres que exageran este perfil no se sienten seguros de la educación que imparten a menos que proporcionen mucha dirección; no permiten que sus hijos experimenten y, cuando, se les permite, fracasan por falta de experiencia.

 

Estilo estructurador: el exceso ocasiona adolescentes mimados, que tienen poco respeto por las reglas y por los derechos y necesidades de los demás. Es el estilo que más produce adolescentes rebeldes.

 

Estilo delegacional: los adolescentes salidos del exceso en este estilo son el producto del ambiente más que de la influencia directa de sus padres. Cuando se arriba prematuramente a este estilo, los adolescentes

interpretan el hecho como abandono o desinterés.

 

EVOLUCIÓN MORAL

    

NIVEL  PRECONVENCIONAL

En este nivel se encuentran los niños antes de los 9 años, los adolescentes poco evolucionados o los adultos delincuentes.

 

Etapa 1:  Moralidad heterónoma.

       El niño evita romper las reglas por temor al castigo; es muy importante la firmeza y la repetición para formar un patrón de comportamiento. En esta etapa no puede considerar los intereses de los demás y  existe una confusión entre la perspectiva de la autoridad y la propia. La noción del tiempo es inmediatista (no conviene plantear consecuencias a largo plazo) y concreta. El niño mide la posibilidad  de romper las reglas y no cargar con las consecuencias.

Etapa 2: Individualismo, objetivo instrumental.

Sigue las reglas sólo cuando es interés inmediato de alguien; el bien equivale a un intercambio igualitario. Respeta los derechos de los demás porque sólo así sus derechos son respetados. Es consciente de que todos tienen su propio interés, por lo tanto, el bien es relativo.  En esta etapa es importante desarrollar el sentido de equidad y justicia: las acciones cargadas de emotividad, violencia o venganza desajustan el desarrollo moral en esta etapa.

 

NIVEL CONVENCIONAL

         En este nivel se encuentran la mayoría de los adolescentes.

 

Etapa 3: Expectativa interpersonal.

       El adolescente aprende a vivir de acuerdo con las expectativas, a mantener buenas relaciones basadas en la confianza, lealtad, respeto y gratitud.  Empieza a cumplir las reglas y a respetar la autoridad por convicción; es consciente de los sentimientos compartidos, considera los acuerdos y expectativas que tienen prioridad sobre los intereses individuales. En esta etapa les atrae el heroísmo, los ideales superiores; es importante enseñarles a convivir entre ellos mismos como forma de enriquecimiento y no de forma defensiva.

Etapa 4: Conciencia social.

       El efecto de la conciencia ya surte su efecto y le orienta a cumplir con las obligaciones aceptadas con la sociedad o grupo al que pertenece; desea quedar bien con la propia conciencia. En esta etapa la convicción se asienta y se considera los valores  como una forma de orientar las acciones. La satisfacción por el bien alcanzado es la mejor gratificación.

 

NIVEL POSTCONVENCIONAL

En este nivel se ubican los adultos, generalmente después de los 20 años, cuando los premios o castigos ya no son relevantes.

 

Etapa 5: Contrato social

Es consciente de la variedad de opiniones, percibe el  bien común y reconoce los conflictos derivados de las diferencias entre las personas.

Etapa 6: Principios éticos universales.

       Los valores universales los vive porque han sido elegidos personalmente; se compromete con los principios de la moral universal.

 

Bibliografía:

 

“Padres comprometidos, familias felices”.   Isauro Blanco.  Ed. Norma.

“Children, the challenge”.   Rudolph Dreikurs.  Ed. Plume

Teoría de la elección”.  William Glasser.  Ed. Paidós.

 

Autor: Isauro Blanco