Tres conceptos a considerar ante el entorno desconocido

No hay nada más difícil de planear, más peligroso de manejar y con éxito más dudoso que la creación de un nuevo orden de cosas… Los enemigos del innovador lo atacan con pasión, mientras sus aliados lo defienden con timidez; por esta razón el innovador es vulnerable.

Niccoló Machiavelli en El Príncipe (1513)

El intervalo humano

El ruido, en su sentido más amplio, es cualquier elemento indiferenciado que asalta a los sentidos. Es pervasivo y omnipresente, sea auditivo, visual o textural.

Este se convierte en datos cuando trasciende el patrón meramente sensorial y puede ser diferenciado por la mente. Los datos, a su vez, se convierten en información cuando se integra en un todo coherente que puede relacionarse con otra información y adquiere significado.

La información se convierte en conocimiento cuando  se integra con otros conocimientos utilizables para concebir, anticipar, evaluar y juzgar. La comprensión se convierte en sabiduría cuando está informada por un propósito, ética, principios, memoria del pasado y proyección al futuro.

Los cambios tecnológicos, económicos y políticos son rápidos a menudo. Sin embargo, la capacidad de la gente y de las instituciones para adaptarse tiende a ser más gradual. Este fenómeno se conoce como intervalo humano.

La escala del progreso

La escala del progreso tecnológico se puede resumir en tres palabras: innovación, miniaturización y reducción de costes.  Hace 40 años una máquina con la capacidad computadora de un PC hubiese tenido el tamaño de la Opera de París. El coste de la Conferencia de Ramboullet de 90000 por 10 minutos; ahora sería de 1300.

Hace 15 años Robert Reich, Secretario de trabajo de Estados Unidos  en su obra “El trabajo de las naciones” describía la fuerza laboral en tres estadios:

  • La base donde estaban los trabajadores que ofrecían su servicio personal: venta al menudeo, restaurantes, hoteles y hospitales.
  • Una sección intermedia con los trabajadores de las fábricas, oficinas y funciones repetitivas.
  • La etapa superior estaban los “analistas simbólicos” como ingenieros o abogados que manipulaban la información para solucionar problemas, educados para pensar críticamente, casi todos tenían grados universitarios. Son los trabajadores del conocimiento de la nueva economía.

Predije que los avances en la tecnología y la globalización abrirían la brecha entre estos segmentos: la base y la superior están creciendo; la intermedia se está reduciendo más rápidamente de lo esperado.  Ahora están emergiendo dos tipos de analistas simbólicos: los nacionales y los globales.

El grupo global trabaja la mayor parte en inglés y se conduce en una cultura cosmopolita; tiene un capital relacional que genera buena voluntad y confianza a su alrededor; invierten mucho tiempo ante los ordenadores y el teléfono así como en reuniones en varias partes del mundo.  Los trabajos rutinarios está desapareciendo así como los lugares de estos trabajos.

Resistencia a la innovación

Normalmente, los individuos que más necesitan la ayuda proporcionada por el cambio son los que menos lo aceptan.

La mayoría de las personas que escriben en una computadora no son conscientes de que  utilizan un teclado conocido como “qwerty”, que es intencionalmente ineficiente y torpe porque implica el doble de tiempo para aprenderlo y reduce en 20 veces su operatividad. A pesar de todo, ha sobrevivido desde 1873 y seguimos utilizándolo sin la menor crítica ni oposición.   

¿De dónde provino este teclado qwerty?

Lo inventó Christopher Latham Sholes, que lo diseño para ralentizar a los mecanógrafos; en esa época las teclas  de la máquina reposaban en una especie de canasta y eran activadas para imprimir en el papel; posteriormente regresaban por inercia a su lugar original. Cuando dos teclas adyacentes eran pulsadas  rápidamente en sucesión, se atascaban.

Sholes cambió las teclas para minimizar este problema; realizó una “anti-ingeniería” en la distribución de las letras para lograr que las más utilizadas tuvieran una secuencia entorpecida. De esta forma, al dificultar la operación de la máquina de escribir, redujo la velocidad  del operador. Su diseño después fue utilizado en la manufactura de todas las máquinas de escribir.

Cuando evolucionó la ingeniería de las máquinas de escribir, el Profesor August Devorak de la Universidad de Washington realizó estudios experimentales ergonómicos para definir la mejor distribución de las letras y colocó en forma sucesiva las siguientes letras: aoeuidhtns en la primera línea.  Las letras menos utilizadas fueron colocadas en la hilera superior e inferior. Cerca del 70% de la escritura mecánica se realiza con la fila principal y sólo el 8% con la fila inferior.

En el teclado de Dvorak, la cantidad de trabajo asignado a cada dedo es proporcional a su habilidad y fuerza; además, la utilización de los dedos de cada mano fue proporcionalmente distribuida. Con estos estudios, se facilitó el ritmo de la mecanografía al colocar las vocales (40% de todas las teclas utilizadas) en la mano izquierda y las principales consonantes en la derecha.  El teclado qwerty, por ejemplo, sobrecarga la mano izquierda.

Conclusión: el teclado Dvorak es mucho más eficiente que el qwerty, diseñado éste hace más de cien años para ralentizar al operador. Sin embargo, casi no se conoce. Las innovaciones de superioridad tecnológica no necesariamente se difunden a sí mismas.